Los niños que llegaron de meses de nacidos a la fundación son ahora jóvenes de entre 16 a 22 años que necesitan una oportunidad de trabajo para poder independizarse y que al ser victimas de discriminación nos vemos en la obligación de buscar opciones para ellos, como ser: proyectos que se conviertan en microempresas que ellos mismos puedan manejar y para esto seguimos preparándolos académicamente y buscando opciones que les permitan realizarse como profesionales y personas productivas ante una sociedad que sigue sin aceptarlos por una enfermedad que les fue heredada por sus padres.